jueves, 14 de noviembre de 2013

Crisis del Modelo Estabilizador e inserciôn al modelo neoliberal

El comercio es una actividad que ha estado presente en la vida evolutiva de las sociedades humanas desde su conformación. Paralelamente al trabajo, el comercio es la actividad que permite al hombre el flujo de los bienes y servicios que el primero produce. La manera de intercambio de éstos ha ido evolucionando también: desde el trueque (intercambio de mercancía por mercancía) hasta la compra - venta de bienes tangibles o virtuales y/o servicios varios por medios mucho más sofisticados como el papel moneda o el actual dinero electrónico.
Sea cual fuere el medio de intercambio, lo cierto es que éste ha tenido que llevarse a cabo tanto interna como externamente, es decir, entre los mismos miembros de una sociedad así como entre sociedades diferentes.
Tal situación es la que nos atañe para el objeto que persigue el presente documento: “El Impacto del TLCAN en el Campo Mexicano”.
Sin embargo, antes de ahondar en materia, es necesario hacer notar que el Comercio Internacional (CI) es el intercambio de bienes y servicios entre países y todo lo referente a este proceso. Los bienes pueden definirse como productos finales, materias primas y productos agrícolas.
Tal actividad se ha acentuado desde las últimas décadas del siglo pasado a causa de la política de globalización que el mundo capitalista ha adquirido para su “convivencia”. Y no es malo; al contrario, el CI aumenta el posible mercado de los bienes que produce cierta economía, y determina las relaciones entre países, permitiendo medir la fuerza de sus respectivas economías.
Lo malo (atenuado) radica en que el comercio internacional está determinado por la capacidad de producción y especialización de un país respecto a la necesidad de un producto de parte de otro, “balanceados” (utópicamente suponiendo) por el manejo de la importación y exportación unido a una seguridad jurídica - comercial por acuerdos especiales llevados acabo entre países y el precio que se va a pagar por el producto.
El Comercio Internacional ha sido desde su inicio el mismo, pues desde la época del trueque hasta nuestros días no ha sido modificado: un comprador, un vendedor, un producto y un precio (otro producto en caso del trueque como ya se mencionó en párrafos anteriores. Desde los años 80´s se ha observado importantes variaciones en las actividades de comercio internacional, que han traído consigo nuevos modelos de comercialización. Esto, a su vez, ha dado lugar a cambios significativos en las características de los productos, haciéndolos de mayor calidad, con un mayor valor agregado y más atractivos para otros mercados.
Líneas arriba se mencionó que lo “malo” está en la capacidad de producción y especialización de un país para el abastecimiento de otros. Esto lo es desde el punto de vista del desarrollo avante que los países industrializados tienen respecto a los que se encuentran en vías de alcanzarlo; algo que pone a estos últimos en notable desventaja comparados con los primer mundistas.
Este continuo vaivén comercial implica la importación (compra a otro país) y la exportación (venta hacia otro país) de mercancías (llámesele así a todos los objetos susceptibles de intercambio comercial, algunos ya mencionados anteriormente). De la importación se obtiene un recurso, o mejor dicho, una “barrera” contra la invasión del mercado local con productos extranjeros que pongan en jaque a un sector económico nacional. Este recurso es un gravamen denominado arancel y es fijado por el Estado de acuerdo a su política comercial (llevado a un extremo podríamos estar hablando de un “proteccionismo”).
Actualmente se habla de que la libertad para comerciar es un derecho básico del hombre, y su ejercicio a nivel internacional une a las personas en una cooperación pacífica y prosperidad mutua. El libre comercio pretende incrementar la calidad de vida de todas las partes involucradas, producir grandes beneficios para los consumidores, pues las empresas, ofrecen más opciones y precios más bajos. La competencia no sólo fomenta la productividad, sino ayuda a promover relaciones pacíficas y estables entre los países.
Hablar de tratados y en especial de tratados de libre comercio involucra muchos aspectos, desde factores estrictamente económicos y financieros hasta factores geográficos, demográficos y culturales.
Retomando la clasificación de mercancías candidatas a un libre comercio, los productos agropecuarios son unos de los que se ven más afectados en el caso particular de México (y tal vez de manera similar con el resto de América Latina) con su firma del TLCAN (NAFTA) celebrado con Estados Unidos y Canadá.
Cuando se hace referencia a los problemas del sector agropecuario, no sólo se alude a la sequía, sino a los derivados de los costos financieros, de la crisis estructural, de la contracción del crecimiento de la producción agropecuaria del país que lleva más de 25 años, además de que la producción de alimentos ha venido decreciendo en comparación con el índice demográfico.
En la actualidad, asimetrías en dotación de recursos naturales, niveles tecnológicos, capitalización de productores, apoyos y subsidios, etc. no son de la magnitud adecuada para elevar rápidamente la producción de alimentos en el país y, mucho menos, para ser competencia efectiva frente a la apertura de las fronteras mexicanas a los productos agropecuarios extranjeros, principalmente de Estados Unidos.
De estos temas se hablará con mayor extensión pero sin erudición absoluta en los siguientes capítulos. Este trabajo es una compilación de diversas opiniones, dentro de las cuales, con algunos comentarios, está la de un servidor.

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